El 18 de febrero de 2018 se declaró un incendio que fue rápidamente controlado a lo largo de la noche en la reserva El Regajal – Mar de Ontígola, también perteneciente a la Red Natura 2000.

Un duro golpe que se suma a la falta de gestión, pues no es la única afección de este enclave.

Zona de la presa quemada
Zona de la presa quemada
Juncos quemados
Juncos quemados

De no ser por la eficacia de los efectivos de emergencias y por las condiciones meteorológicas, podría haber afectado a una zona mucho más amplia. Las llamas se extendieron únicamente al suroeste de la presa, hacia el polígono industrial; de hecho la estructura de la presa antes oculta, ha quedado a la vista al quemarse la vegetación que la cubría.

Presa del S. XVI visible tras el paso del fuego
Presa del S. XVI visible tras el paso del fuego
Vista de la zona afectada
Vista de la zona afectada

El enclave forma parte del entramado de la ruta del agua y de los sistemas de riego de los Reales Sitios y Jardines de Aranjuez. La presa data del siglo XVI y el humedal se alimenta del arroyo de Ontígola. Esta ruta del agua que bien merece una entrada aparte nos lleva por los sotos, huertas, jardines, fuentes y caces que esconde la vega del río Tajo a su paso por Aranjuez.
Se trata de un Espacio Natural Protegido (ENP), situado en el municipio de Aranjuez, al sur de la Comunidad de Madrid. La figura de protección es la de Reserva Natural ES310008 El Regajal – Mar de Ontígola, declarada en el año 1994 con una superficie de 621,71ha. Además el humedal está incluido en el catálogo de Humedales de la Comunidad de Madrid.

El humedal a pesar de gozar de estas figuras de protección, se encuentra en un enclave rodeado de amenazas potenciales que dificultan su gestión

También pertenece a la Red Natura 2000, es una zona LIC+ZEPA; Lugar de Importancia Comunitaria y Zona de Especial Protección para las Aves. Código LIC ES3110006 (Vegas, cuestas y páramos del Sureste de Madrid) y código ZEPA ES0000119 (Carrizales y Sotos de Aranjuez).

Tanto el LIC como la ZEPA son declarados en 2014 Zonas de Especial Conservación y se aprueba su Plan de Gestión por Decreto 104/2014 ( BOCM 2014, 213: 336-487).

Zona quemada
Zona quemada

Si consultáis las fichas, comprobaréis en el apartado de información ecológica, el listado de hábitats, de flora y fauna que pueden verse afectados. Destaca a su vez, por ser una importante referencia en las poblaciones de lepidópteros y quirópteros.

El humedal a pesar de gozar de estas figuras de protección, se encuentra en un enclave rodeado de amenazas potenciales que dificultan su gestión al estar estrechamente delimitado por:

  • El polígono industrial Gonzalo-Chacón
  • Línea de tren Regional
  • Carretera TO-2542 que comunica Aranjuez y Ontígola
  • Antigua carretera de Andalucía N-IV
Línea de tren colindando con zona quemada
Línea de tren colindando con zona quemada
Polígono Gonzalo-Chacón, límite Suroeste del humedal
Polígono Gonzalo-Chacón, límite Suroeste del humedal

A su vez el conjunto de la Reserva es atravesado por la autopista A4 y por la radial R-4; es decir, nos encontramos ya de por sí ante un hábitat muy fragmentado.

Los inicios de la figura de protección ya fueron complicados, pues la construcción del polígono amenazaba con invadir parte del humedal.

Un paseo por la zona, enseguida desvela falta de civismo y de mantenimiento; los carteles informativos sobre la gran variedad de aves que podemos observar se encuentran deteriorados e ilegibles; en los accesos no existen carteles que informen que se accede a un área protegida, el recorrido está plagado de residuos, como bolsas, latas, botellas de plástico, envoltorios, vidrios y cascos de botellas peligrosamente expuestos entre la hojarasca seca, etc.

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La vegetación tiende a esconder nuestras vergüenzas, pero el paso del fuego deja al descubierto lo que alguna vez se abandonó allí

Los juncos y su imparable avance también son motivo de controversia, pues poco a poco restan superficie libre a la lámina de agua al tiempo que profundidad, pero también son lugar de refugio para las aves.

El incendio de ahora puede parecer anecdótico, y de poca magnitud, pero el impacto puede ser relevante teniendo en cuenta la dimensión de la zona y la gran diversidad que contiene. Afortunadamente se ha producido aguas abajo, y ello hace que el impacto de los restos de cenizas y lodos sobre el área sea menor.

Esperemos, que este suceso sirva al menos para situar este enclave en el punto de mira, y se adopten las medidas y políticas que lo conviertan de forma mantenida en el tiempo en objeto de protección de hecho, dejando atrás una triste etapa de manifiesto abandono.